
Ocurrió ayer en un pequeño pueblo sevillano. Una patrulla de Guardia Civil fue recibida en la casa de los dos varones marroquíes con disparos de una escopeta, cuando éstos iban a notificarles una denuncia que se había presentado en su contra por lesiones y amenazas. Afortunadamente, ninguno de los agentes resultó herido.
Según las informaciones, los denunciados dispararon en dos ocasiones contra los agentes. Afortunadamente, pudieron refugiarse a tiempo y evitar una desgracia mayor. Una vez a salvo, contactaron por radio con la central, que envió más dotaciones a la finca y puso fin a la difícil situación.
Uno de los varones fue detenido en la propiedad, mientras el otro decidió prender fuego a la vivienda y se escondió en una casa colindante. No obstante, la rápida actuación de la Guardia Civil consiguió dar con él y detenerlo junto a su compatriota. Ambos fueron llevados al Cuartel de la Guardia Civil y serán puestos a disposición judicial.
Han pasado de estar imputados por lesiones y amenazas a sumar los cargos de atentado a la autoridad. Los agentes creen que la resistencia que opusieron y el posterior incendio de la propiedad tienen que ver con un posible cultivo de marihuana. La investigación sigue abierta para llegar al fondo del asunto.